La contractura puede aparecer cuando se exige al músculo un trabajo, puntual o mantenido, superior al que puede realizar.
También ciertos desequilibrios en la anatomía de la espalda puede provocar que algunos grupos musculares estén más predispuestos a realizar esfuerzos, que otros que son más pasivos.
Esto puede ocurrir si la fuerza necesaria para la realización del ejercicio es mayor que la que el propio músculo puede ofrecer o si utilizamos un lado de nuestro cuerpo para el traslado de cargas.
¿Cómo solucionamos la contractura una vez que ésta aparece? Debemos realizar gimnasia de mantenimiento para evitar percances.